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Ensayo sobre Arte Conceptual



Esta es mi percepción personal luego de haber investigado este tema.


Siempre consideré el arte conceptual como una de mis corrientes artísticas favoritas, pero debo admitir que no conocía realmente los motivos que marcaron su surgimiento. Al saber que nació como una forma de cuestionar lo que “es” y lo que “no es” arte, y para confrontar los parámetros de los museos para valorar las obras y los artistas, me gustó aún más... aunque debo admitir que el arte conceptual es un tanto molesto, y esa molestia que provoca es totalmente oportuna porque su filosofía es romper con estándares artísticos preconcebidos.


Origen y antecedentes del Arte Conceptual


Comenzaré por definir este tipo de arte... El arte conceptual es el que da prioridad a las ideas por encima de la realización material de la obra. Surgió como una forma de criticar el sistema político y comercial de la industria artística, cuestionando tanto a los museos como a los espectadores y a su modo de apreciar el arte, dando prioridad al lenguaje y los conceptos, en detrimento de las emociones y la estética. Aunque la primera vez que se acuñó el término fue en 1960 en un artículo del artista Sol Lewitt en la revista Artforum, ya habían indicios del arte conceptual a principios del siglo XX, muy específicamente con los Ready Mades de Duchamp. Su obra "Fuente", un urinario colocado en una galería, desafió la noción de lo que se consideraba arte y marcó un precedente para lo que posteriormente sería el arte conceptual. Luego, durante la Primera Guerra Mundial, los artistas dadaístas buscaron dar rienda suelta a la ingenuidad y a la irracionalidad, rechazando las convicciones tradicionales del arte. Esto sirvió para abrir el abanico de posibilidades y expandir los límites del arte. 


Desarrollo del Arte Conceptual


Volvamos a la década del 60... El arte conceptual estalló cuando los artistas Joseph Kosuth, Sol LeWitt y Lawrence Weiner exploraron la relación entre el arte, el lenguaje y el pensamiento. Kosuth produjo una de las obras pioneras de esta corriente: “Una y tres sillas" (1965). Se trata de una instalación de una silla física, una fotografía de la silla y la definición escrita de la palabra "silla". Este trabajo no era simplemente una obra visual, sino una meditación sobre los signos, los significados y la relación entre las palabras y los objetos. La idea detrás de esta obra es que se puede seguir produciendo, lo único que va a cambiar será la silla física y su fotografía, lo cual según el artista, no es realmente importante porque la definición siempre será la misma; y esta es justamente la clave del arte conceptual.


Si leemos lo que escribió Sol LeWitt en su ensayo "Sentencias sobre el arte conceptual" (1969), nos daremos cuenta que estableció estos mismos principios, argumentando que "la idea se convierte en una máquina que hace el arte". Para LeWitt, el proceso intelectual detrás de la obra era más importante que su manifestación física. Su arte a menudo se componía de instrucciones para que otros crearan la obra, desafiando la noción de la autoría y el valor tradicional de la artesanía artística. Esto me recuerda a la exposición HAPPY de Jorge Pineda, en la que había una obra instalada en el Centro León, que luego fue replicada en la colección permanente del Museo de Arte Moderno en Santo Domingo; esta obra pudo reproducirse luego de la muerte de Jorge porque dejó instrucciones para elaborarla paso a paso.


Papel del Arte Conceptual en el Posmodernismo


Podemos decir que el arte conceptual es también uno de los frutos del posmodernismo, una corriente liberal y ecléctica que nos permite dar rienda suelta al deseo y hacer contraposición a todo lo establecido. Si David Bowie podía encarnar a un hombre o extraterrestre diferente en cada uno de sus álbumes, ¿por qué no podemos decir que una simple silla es una obra de arte?…


En 1970, en pleno posmodernismo, cuando se celebró la primera exposición dedicada al arte conceptual en el Centro Cultural de New York, “Arte conceptual y aspectos conceptuales”, otros artistas tomaron impulso y se animaron a formar parte de este género, dando origen así a más eventos que tenían como centro al arte conceptual. El arte conceptual se fue haciendo más y más llamativo por su aire absurdo y por el afán de los espectadores a tratar de entender lo que había detrás de aquellas escenas aparentemente "sin sentido". 


Otros hechos que marcaron este momento fueron la publicación del libro “6 años” de la crítica estadounidense Lucy Lippard, en el que documentaba ideas de arte conceptual. Otro hito importante y que marcó el desarrollo de esta corriente fueron las clases de Michael Craig-Martin en el Goldsmith College de Londres, donde sirvió de influencia a varios miembros del grupo Young British Artists.


Durante las décadas de 1970 y 1980, el arte conceptual tuvo un enfoque más crítico hacia las estructuras sociales y políticas. Podríamos mencionar por ejemplo, el importante papel que jugó el colectivo Art & Language, fundado en Inglaterra en 1968, uno de los más influyentes en este período, quienes a través de sus trabajos, exploraron la relación entre el arte, el lenguaje y la teoría política. Cuestionaron el papel de las instituciones artísticas y los discursos establecidos, proponiendo que el arte no solo debía ser una experiencia visual, sino también un espacio para la reflexión crítica.


En esta época también se destacaron artistas como Hans Haacke y Jenny Holzer, quienes comenzaron a utilizar el arte conceptual como una herramienta para la denuncia social y política. Haacke, con su obra "Shapolsky et al. Manhattan Real Estate Holdings, A Real-Time Social System"  (1971), expuso la corrupción en el mercado inmobiliario de Nueva York mediante una presentación documental que incluía mapas y fotografías de propiedades. Este trabajo demostró que el arte conceptual podía trascender los límites de la galería para convertirse en una forma de intervención en el mundo real.


Por su parte, Jenny Holzer utilizó textos simples y directos en espacios públicos para confrontar al espectador con mensajes cargados de contenido social y político. Su serie "Truisms" (1977-79), compuesta de frases como "El abuso de poder no es ninguna sorpresa", provocaba una reflexión crítica sobre temas como el poder, el control y la violencia institucionalizada. Y así existen muchos otros ejemplos de obras de arte conceptual que han marcado la historia y que además generan mucha polémica aún en la actualidad.


Arte Conceptual en la actualidad


Hoy en día siguen las polémicas y las fuertes críticas a este arte. Puedo citar el ejemplo de la obra “Comediante” del artista italiano Maurizio Cattelan, quien con la exposición de una simple banana fresca pegada a la pared con cinta adhesiva, ganó más de US$120,000 dólares durante el Art Basel Miami en 2019. 


Esta y otras obras han sido la comidilla de medios de comunicación y críticos en todo el mundo. La crítica mexicana Avelina Lésper es una de las más conocidas por su fuerte rechazo a esta corriente artística y por abogar más que todo por el academicismo y el arte tradicional.


Otro fenómeno, no tan conocido pero con mucho auge en el mundo del arte, es el negocio de piezas de arte estilo NFT. Significa “Non-Fungible Token”, es decir “tokens no fungibles”, lo que significa que cada NFT es un token criptográfico único que representa una pieza de arte. Esto ha permitido a los artistas vender sus creaciones directamente a los coleccionistas en plataformas digitales y ganar miles de dólares. En la actualidad, el arte NFT sería como una extensión o rama del arte conceptual, pues ambos se centran en la idea y el proceso detrás de la obra, más que en su ejecución física. Al igual que el arte conceptual, los NFT desafían las nociones convencionales de valor, originalidad y distribución en el arte, explorando cómo las ideas y los formatos digitales redefinen el mercado y la experiencia estética.


Otra derivante del arte conceptual es el arte creado con inteligencia artificial. Una muestra de esto muy palpable es la reciente exposición “Estamos Rotos” presentada en el Centro de la Imagen en el marco de Photoimagen en la Ciudad Colonial de Santo Domingo. Esta serie del artista Ricardo Arispe es un conjunto de fotografías creadas por bots en evolución. Es decir, el artista creó varios bots (no recuerdo si fueron 4 o 5) y les configuró un perfil. Estos bots son alimentados por el artista en el tiempo, lo que implica que los bots “están en constante aprendizaje”. Su propósito es, en uno o dos años, presentar otra muestra creada por los mismos bots y mostrar así el avance de los mismos.


Este es un tema muy profundo, que requiere análisis, debate y atención. Veremos qué más nos trae el arte conceptual en los años venideros, pues con los avances tecnológicos, se espera que llegue aún más lejos y siga revolucionando las formas y los métodos.


Texto: Natali Hurtado Imagen: Fuente externa


Referencias:


  • Arte. Toda la historia. (Stephen Farthing - Edición 2022) pp. 496 - 499.

  • El libro del arte. (Penguin Random House - Edición 2022) p.328.

  • Todo, a todas horas, en todas partes. (Stuart Jeffries - 2023) pp. 66 - 76.


 
 
 

1 Comment


Gabo Ricart
Gabo Ricart
Oct 04, 2024

Fantástico!

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